Todo aquel a quien le guste el cine y la televisión convendrá conmigo en que la calidad en la narrativa audiovisual de Hollywood actualmente no está en la grande, sino en la pequeña pantalla. Evidentemente, podemos empezar a citar series míticas como The Wire o The Sopranos. También podemos a sacar a relucir los atributos de ficciones contemporáneas como Homeland. Pero aquí una está un poquito cansada de aguantar en la vida real penas, sufrimientos y tensiones. Así que procuro no ver ninguna de esas series, por buenas que sean o mucho que me puedan aportar. Lo siento: lo dejaré para otros momentos menos tensos y sufridos. Ahora mismo, mi máxima es: ¡solo comedia!
Así que tengo menos donde elegir. Porque, sinceramente, ¿alguien ha sido capaz de ver algún capítulo de Two and a half men o 2 broke girls sin sentir vergüenza ajena?
Mis confortables bastiones de ficción televisiva, agradable y sin muchas pretensiones más allá de entretener son How I met your mother y Big Bang Theory. Supongo que ambas son capaces (o al menos lo han sido) de ofrecer el mismo nivel de diversión. Ambas parecen inteligentes y cuentan con personajes carismáticos. Es decir, juegan en la misma liga, por lo que se prestan a comparación. Pero en mi caso, me apetece compararlas sencillamente porque es lo que tengo más a mano.
HIMYM
De entrada el formato (superflashback desde el futuro) es innovador (o lo fue en su momento). Y además, han creado un estilo propio que se retroalimenta.
El toque sentimental se presupone en una comedia romántica. Pero a veces caen en un dramatismo de culebrón poco saludable.
Una de las cosas más divertidas de HIMYM es que los gags nacen de la propia manera de contar las cosas: los juegos temporales, la voz sarcástica del narrador del futuro, las fantasías… Muchos metachistes.
Afortunadamente, no abusa de actores invitados ni recurrentes (aunque siempre es divertido ver a Alan Thicke). Pero cuando viene alguno, hacen papelones. Geniales Britney Spears y Katy Perry.
Hay personajes estereotipados y un machismo salvaje. Pero a pesar de todo, Barney es divertido.
Acaba de terminar su octava temporada. Las dos últimas ha flaqueado. Caída en picado.
Empate de rasgos positivos y negativos. Aún disfruto de la serie, aunque cada vez con menos esperanzas.
Big Bang
La narrativa es convencional, sin sobresaltos. De vez en cuando meten algún sueño más o menos gracioso.
¿Hay algo de dramatismo en esta serie? Quizá los desprecios constantes entre los personajes, que se quieren poco. Irrelevante. Punto a favor.
Pero en lo que se refiere al humor inteligente… ¡Decepción! El primer chiste del piloto (rubia entoallada ante frikis) es propio de Benny Hill. A veces cae en el humor grueso y a veces, los chistes de frikis no tienen más gracia que el hecho de ser de frikis.
Sobre los invitados, ¿alguien que no sea un científico disfruta viendo a los científicos que aparecen de vez en cuando? Vale, la broma de Will Wheaton y el resto de actores de Star Trek está bien. Pero ya.
Hay personajes estereotipados y un machismo salvaje. Pero a pesar de todo, Sheldon es divertido.
Acaba de terminar su sexta temporada. La integración de las chicas como personajes más o menos fijos le resta frescura y carácter. Pero aún se mantiene.
Ganan los rasgos negativos. Pero la tengo menos vista que HIMYM. Así que seguiré echándole un vistazo.
¿Qué opináis vosotros?